¿Alguna vez te has preguntado para qué sirve este ARO situado en los vaqueros y demás pantalones? ¡Qué curioso!
Resulta que los primeros pantalones sólo eran un pedazo de tela con cordones para poder amarrarlos a la cintura. Muchos años antes de Cristo, el hombre usaba para taparse el famoso taparrabos, que consistía en un vestido masculino de una sola pieza, a veces sujeta al cuerpo con un cinturón.
En aquella época, el taparrabos estaba hecho con piel de animal. Antes, con los griegos, se empezó a utilizar las túnicas, que era una prenda amplia y larga, con mangas, que cubría desde el cuello hasta las piernas.
Después, con los romanos, se comenzaron a usar las togas, que eran iguales que las túnicas pero llegaban a las rodillas, aunque por encima solían usar un chaleco de cuero. Más tarde, con la época medieval, los bárbaros introdujeron la costumbre del uso de bragas que cubrían las piernas, prendas similares a los pantalones, o las calzas, estas adheridas a las pierna, bordadas y adornadas, ajustadas ambas en las pantorrillas, por medio de correas entrecruzadas. Los nobles solían usarlas de color rojo.

Con la llegada del Renacimiento, los hombres usaban, sobre todo, medias y un short bombacho, sujetadas posteriormente por jarreteras, unas cintas que sujetaban las medias. No fue hasta el año 1930 cuando apareció el pantalón como se conoce actualmente. Un dato bastante curioso es que su nombre se le atribuye por San Pantaleón, médico, mártir del siglo IV y Patrón de Venecia.


EmoticonEmoticon